viernes, 13 de mayo de 2011



Hay veces que recuerdo aquel acontecimiento, las personas dormidas en un sueño eterno, los niños con sus manos entrecruzadas y dulcemente dormidos.

También me acuerdo de ti y tus duras palabras al despedirte "Te amé, lo siento".

El aroma a jazmines de esa mañana, la cálida brisa marina.

El té a la hora justa, los pastelitos de frutilla y crema en la pequeña panera.

Una sola rosa blanca en el florero.

silencio, ya te habías ido.

El sonido de las olas irrumpio todo.

El vaso con el agua, dos sorbo y después un viaje eterno, como el de aquellas personas, como esos niños.

Tranquilidad, paz, al fin respiré bien.

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